jueves, 29 de mayo de 2014

Capítulo 16: Confesiones que nos llevaron a más confusiones.




Si pensáis que no hay algo más molesto que un “te lo dije” en el momento en el que no lo quieres escuchar, es la ausencia de él; das demasiada lástima. Acababa de aparecer llorando en la casa de mi terapeuta anormalmente bajito. Creía que haciéndome la valiente, además de ayudarme con los demás, lo haría conmigo misma; Sin embargo, una vez más, mi teoría se hacía añicos ante mis ojos. 

Pero volvamos a ese momento, ese instante en el que ni siquiera sentía vergüenza, sino la impresión de que me quitaba un peso de encima. Después de todo, estaba descansando de la fabulosa interpretación en la que llevaba trabajando un par de días. Mi perfecto papel merecedor de un Oscar, truncando por un hombre que llevaba corbatas con animales estampados.