Abrí los ojos,
escapando de la pesadilla que había tenido. Un acantilado, un salto y mucha
agua. Tenía ese sueño todas las noches en el hospital (Supongo que eso es lo
que pasa cuando te traumatizas). Me incorporé un poco –Todo me daba vueltas por
las drogas del día anterior. Sí, drogas y todo gratis-, pero me espabilé cuando vi un ramo de rosas en la
mesita, y otro sobre la cómoda. Decenas de rosas frescas… ¿Para mí?
¿Quién me
enviaría rosas? ¿Y por qué? Observé la silla de ruedas, aparcada justo al lado
de la cama, no iba a dejarme intimidar por ella, claro que no. Volví a hacer la
misma operación que el día anterior, pero sin público. Me deslicé por la cama y
agarré la silla con una mano, cogí aire, apoyé las piernas en el suelo y pegué
un salto hacia ella… Directa al asiento.
Me llené de una
alegría desbordante, chillé de felicidad y levanté las manos con entusiasmo. Ridículamente estaba disfrutando de ese
momento, de sentarme en una silla. Guau. Cuando me di cuenta, me entristecí (Era
triste que me alegrara, yo era triste). De pronto, se escucharon aplausos a mi
espalda. Me giré y vi a Liam, sonriéndome desde la puerta, sosteniendo una
bonita caja entre sus brazos.
¿Cuánto llevaría
ahí? Le puse mala cara y le saludé con la mano –Era muy oportuno-.
-Hola, doña temeraria-Me saludó
con voz seductora- ¿Te encuentras mejor?
-Estoy bien-Respondí secamente.
-Veo que te han mandado muchas
flores.
Se acercó al ramo
que descansaba en mi mesita y acarició los pétalos de una de las rosas. Todo muy sensual.
-Rosas rojas… Que quedan tristemente eclipsadas
por mi regalo-Me tendió una caja grande, de un estampado de flores -Feliz cumpleaños.
-¿Mi cumpleaños?-pregunté sigilosamente. Claro, Erín...
La abrí y me
encontré con decenas de paquetes de oreos. La comida del hospital era vomitiva
y ahora tenía una caja de deliciosas galletas, que extrañamente él había adivinado
que eran mis favoritas. Entonces, -mientras salivaba violentamente- caí en la cuenta de que prácticamente me
había perdido durante un mes y que no era julio, sino agosto…
Y que no sabía ni que día era, porque tampoco me había interesado.
Y que no sabía ni que día era, porque tampoco me había interesado.
-Cumples veintitrés años, Erín…
Es trece de agosto.
Intimidada,
agaché la cabeza y reflexioné en que quizá era eso de lo que hablaban la noche
anterior. No sabía por qué, pero saber que era mi cumpleaños me hizo sentir
vacía. Otra cosa más que me dio el Karma… pasar mi cumpleaños en el hospital.
Le miré de nuevo, parecía preocupado.
-Es que… anoche conocimos a tus
amigas y nos comentaron lo de tu cumpleaños… Sé que ayer no te caí muy bien y
quería arreglarlo-Volvió a hablar y se sentó en la cama. Estaba muy guapo
vestido con ropa normal. Vaqueros, camisa azul y converse blancas.
Sí, con todo mi drama personal y yo fijándome en sus vaqueros.
Sí, con todo mi drama personal y yo fijándome en sus vaqueros.
-No, no lo sabía… Gracias, Liam…
¿Te vas hoy?-Le pregunté, mientras mis mejillas se encendían. Ni que fuese una
de esas personas a las que les importa hacer preguntas comprometedoras.
-Sí. Aunque puedo seguir siendo
el ayudante de Jerry… Ocasionalmente-Dijo. Después cogió un paquete de galletas
y lo abrió. Me ofreció una y prácticamente se la arranqué de la mano. Estaba
hambrienta.
-¿Ese duendecillo te paga?-cuestioné, con la boca llena.
-¿Ese es el mote que le has
buscado?-Preguntó sorprendido, riendose con ganas. Su risa era muy sonora… Y
sexy. Asentí y también me reí.
-Dios mío… Eres buena-Añadió
Liam. Le dio un bocado a una oreo y después prosiguió-No necesito que me
pague… Me gusta ayudar.
Mientras lo admiraba
comiéndose la galleta, pensé en que podría resultarme de ayuda. No con la
rehabilitación, sino con algo más complicado. No sabía que quería de mí, pero
tal como me miraba, creo que –por raro que resulte- yo le gustaba. Tenía que
aprovecharme de esa oportunidad que no tenía habitualmente. Algunos lo llaman interés.
-Liam…-Murmuré-Necesito que me
ayudes.
Él se irguió, un
poco tenso.
-¿Quieres que te traiga
algo?-Preguntó.
-No. Quiero que me lleves a ver
a James. Ya sabes... me rescato y...
Se quedó muy
pálido y se removió incómodo en su asiento.
-Erín… No puedo hacer eso. Es... Es imposible.
-¿Por qué?-Cuestioné
desilusionada-Solo es arrastrar mi silla hasta allí... peso una mierda.
-Pues, es que… lo trasladaron a
otro hospital-Explicó- Despertó y lo trasladaron.
Noté un nudo en mi garganta. Estaba furiosa porque nadie me lo había dicho, porque por alguna absurda
razón no querían que me enterara. Los ojos se me empeñaron y le miré con odio.
-¿Nadie iba a decírmelo?¿Nadie...? –Cogí aire
y lo solté con fuerza-¡¿Por qué se fue?!
Pero hubo
silencio en la respuesta. Y caí en la cuenta de que el tal James me odiaba y de
que no quería compartir el mismo hospital que yo. Maldije por lo bajo y me limpié las lágrimas que rodaban por mis mejillas.
Puede que me pasara algo con la reacción y también con la suposición, pero claro... estaba medio ida.
Puede que me pasara algo con la reacción y también con la suposición, pero claro... estaba medio ida.
-¡Claro que no...! ¡Casi lo mato!
–Grité.
-Nadie cree eso Erín... No es eso, por favor...
Le di la espalda a
Liam y salí de la habitación con una sorprendente soltura para la silla, aunque
tenía agujetas en todo el cuerpo.
-¡Erín! ¿A dónde vas?-Me llamó
Liam, aunque no le hice caso. Al segundo estaba a mi altura. Putas piernas- ¡Erín, para! ¡Escucha!
Negué. Decidida a
salir de ese antro en el que casi no podía respirar. Era una escena un poco
penosa; correr con una silla de ruedas, pero necesitaba aire fresco, gritar...
-Quiero salir de aquí-susurré y
me metí en el ascensor. Liam llegó a mi lado y me acorraló, poniendo las manos
en los brazos de la silla, su cara casi rozaba la mía- ¡Déjame!- Pulsé varias
veces el botón. Estaba desesperada- No bajamos…
-Escúchame, por favor…
Tranquilízate… Esto no es bueno para ti.
-¿Y qué es bueno? He sobrevivido,
y al único ser al que puedo dar las gracias, huye de mí… ¡Es una mierda! ¡Todo
es una mierda! Debería haber muerto en ese ridículo…
Me quedé sin
aliento por el dolor que me inundó la cabeza. Cerré los ojos y me palpé las
sienes. Era horroroso. No escuchaba nada más que un pitido en mis oídos… Un
pitido constante e insoportable. De repente, ante mis ojos apareció el mar… Y
yo, en el borde del acantilado… creyendo que lo mejor era acabar con mi vida.
Decidida a hacerlo. Sin esperanza sobre nada a mi alrededor.
El ascensor y Liam
se emborronaron delante de mis ojos y tuve la sensación de caer… La misma que aquél
día. Vi el agua, las rocas y un rostro que me decía que aguantara. Recordé el
pánico y el arrepentimiento, la angustia, el dolor y un rostro… El mismo que
ahora me pegaba en la cara.
¿Liam?
¿Liam?
-Erín. Erín… Mírame, por favor
–Me llamaba, desde lo lejos.
La cara de pánico
de Liam apareció junto a la mía. Estábamos en el suelo del ascensor, y mi
cabeza descansaba en sus piernas. Sudaba y me notaba mareada. No tenía ni idea
de que había pasado… Solo que me sentía el ser más ruin del mundo y que había
intentado suicidarme.
-Dime algo… Por favor-Dijo él
con los ojos como platos.
-¿Qué…?- Susurré y enfoqué algo
más su rostro. Ese rostro tan familiar…
-Erín… ¡Gracias a Dios!-exclamó-Tranquila.
De repente te pusiste pálida y… pero no pasa nada, ya subimos
¡Sube ya, joder! –gritó, dando un golpe al ascensor. Su voz fue como una bomba
para mis tímpanos.
Lo miré con
horror. Era él, pero no estaba segura. Era él chico del acantilado… ¿Pero por
qué no me lo había dicho? ¿Por qué me mentía? La cabeza cada vez me dolía más y pensé que podía ser todo una invención. No sería la primera vez.
- Tú… Me sacaste del… agua… -Hable, desesperada. Lo estaba… Porque me
ahogaba de nuevo, sin entender cuál era el límite de esa historia.
Él me miró sin
saber que decir y justo cuando abrió la boca para responder, mi cerebro pensó
que era el mejor momento para echar un sueñecito.
Como si 33 días no le bastaran al muy cabrón.
Como si 33 días no le bastaran al muy cabrón.
Desperté en mi
cama a las horas. Tenía puesta una vía en el brazo y una cánula en la nariz.
Estaba cansada y tenía miedo de recordar algo más que me hiciera tanto daño
como lo último. Así que bueno… Aquí fue cuando toqué fondo, cuando me di cuenta
de lo imbécil que había sido. Ni siquiera me reconocía a mí misma en el momento
en que salté. Era absurdo que lo hubiera hecho… Porque allí, en el hospital,
sin pulmón, no quería acabar con mi vida. Notaba que era una persona nueva
–Quizás se debiera a mi cercanía con el mas allá-. Alguien que no se tiraría
nunca de un acantilado ¿O sí? Entonces, ¿Por qué lo había hecho?
Mi primera opción
factible, fue la locura. Ella me había llevado a hacer eso y podía hacerlo otra
vez.
Luego, estaba el
hecho de que Liam, o James... (No estaba segura de cómo se llamaba realmente)
Me hubiera salvado de la bravura del mar, poniéndose en peligro… Y que ahora se
dedicara a mentirme, acercándose a mí, fingiéndose ser un ingresado más por un
accidente de moto ¿Por qué?
Mi segunda opción, era la venganza. Quería hacerme tanto daño como yo le había hecho.
Quería verme sufrir y llorar por mi vida.
¿Y sí las
galletas estaban envenenadas? Eché un vistazo a la habitación… Y di un brinco
al ver que no estaba sola. Liam (O James) estaba sentado en el sillón de al
lado. Estaba encogido, con los codos apoyados en las rodillas y el rostro
enterrado en sus manos.
Me miró y
nuestras miradas se cruzaron. Él se sonrojo y respiró hondo, yo aparté la
mirada.
Juro que si
pudiera, echaría a correr… Pero la vida es injusta y mis piernas, inservibles.
-Erín… Yo… Lo siento
mucho-balbuceó nervioso. Claramente se veía lo afectado que estaba, pero debía
mantenerme firme… Sin olvidar que me había salvado la vida. Había que llegar a
un punto medio, Erín.
Si queréis odiar a
alguien, procurar que previamente esa persona no haya hecho nada por vosotros.
Facilitará las cosas.
-¿Quieres hacerme daño? Porque
si es así, he de decir que nadie te pidió que saltaras- dije con odio-Pero gracias por
hacerlo.
-No seas ridícula… Por supuesto
que no quiero hacerte daño-respondió ofendido- Es… Eres una especie de…
Terapia-Se levantó y se acercó a la cama, mientras yo asimilaba lo que acababa de
decir <<¿Terapia? >> Su gesto cambió y me examinó con lástima-Podemos hablar luego de esto… Deberías descansar.
Te hemos hecho una fiesta para esta noche y...
-No. Estoy genial ¡De maravilla!… Quiero hablar
ahora, porque es un poco extraño que un desconocido me haga regalos, se haga pasar por
otro y me prepare una fiesta. Por cierto ¿Cómo te llamas en realidad?
Mi voz molesta
junto con el tono irónico era justo la pizca que necesitaba para derrotarle. Y
así fue, solo que no me gusto hacerlo… Ni ver su encantador rostro comido por la
tristeza.
-James-Repuso.
-¿Y qué pasa James, soy un
juego para ti? ¿Te crees con el derecho moral de hacerme daño, por haberme salvado?
Directa al
corazón. Casi pude escuchar la manera en que se hacía pedazos y me sentí
orgullosa.
-Desperté unas semanas antes que
tú. Pero, aunque estaba bien físicamente… Resulta que no recuerdo a nadie de mi
familia, ni mis amigos… Nada de mi pasado. En mi cabeza solo está tu
recuerdo-Explicó, como si fuera lo más fácil del mundo. Fruncí el ceño y baje la
mirada a mis manos heladas, tragándome esa información con un embudo. Imposible- No sé si
me lo he inventado… Pero no solo estás en el agua, sino en miles de sitios más;
En un restaurante, en la biblioteca, en el cine... sólo tú. Jerry trazó este plan para
que pudiera acercarme a ti sin que te asustaras. No estoy obsesionado
contigo, Erín, es que no hay otra cosa para mí que tú.
Bum. Me estaba
diciendo que era su único recuerdo. Yo. Erín simplona Roach. Que tenía amnesia y que yo era lo que le
importaba. El protagonismo me rodeó el cuello con sus fuertes manos y me apretó
hasta que la falta de oxígeno era insoportable. Nunca había sido la prioridad
de nadie, ni el centro de nada… Y ahora, sin comerlo ni beberlo, me encontraba
ante un desconocido para el que yo lo significaba todo. Podía ser una historia semejante a grandes clásicos: El diario de Noa, posdata: te quiero, Love actually... Pero me pasaba a mí.
¿Entendéis ya lo
maravilloso del Karma?
oh Dios! Liam es James, quee le salvó la vida a Erín y encima tiene amnesia. No me lo esperaba para nada. Te ha quedado genial Jane.
ResponderEliminarUn beso
Oh gracias, linda :))
EliminarUn besito.
bendito o maldito karma????? jajajajaja
ResponderEliminary ahora que pasará ?????
y pobre James que no recuerda nada :'( :'(
me ha gustado.mucho el capítulo y un giro inesperado a la historia esa amnesia de James
Más bien maldito... Bendito era un poco hirónico jajaja
EliminarGracias Diana :))
Un besito.
Dios! Acabo de leer esta entrada y me ha atrapado por completo. Y si quiera me he leído los capítulos anteriores. Me los voy a leer pero ya! Me ha encantado, mis pequeños relatos se ven como mierdas al lado de tu historia. Es impresionante como todo esto sale de su cabeza. Creeme, ME ENCANTA. Espero el próxima capítulo, hasta entonces, me limitaré a leer las anteriores. Un beso enrome :)
ResponderEliminarJo, muchísimas gracias. Encantada de verte por aquí.
EliminarY para nada lo tuyo es una mierda.
Un besito, linda y bienvenida :))
Aquí estoy por fin Jane ^^ Ya me puesto al día con esta maravillosa historia nueva :) Me gusta ver que has vuelto a la primera persona como narrador porque con esta chica tan peculiar le da un toque de humor único ;) Y es que me encanta este personaje!! :D Gracias a tu talento, Erín es muy real y eso es lo que más me gusta de esta historia que has empezado :) También tengo que decir que al ser en Dublín me tenías ganada desde el principio :P Es de mis ciudades favoritas del mundo ^^
ResponderEliminarYa estoy esperando el siguiente capi para ver qué más sorpresas nos tienes preparadas después de descubrir que Liam es James, que sólo conserva recuerdos de Erín y que le tienen preparada una fiesta ;)
Muchos besos
PD: Sorry por el super testamento :P
MUCHAS GRACIAS :)) No sabes lo contenta que me pone leer este comentario *-*
EliminarBienvenida y para nada... Love you testamento :)
Un besito!
Hola de nuevo Jane jaja Para estrenar bien esta nueva historia, he decidido nominarte a un premio Jane :) Te dejo la dirección para que puedas pasarte cuando quieras ;)
Eliminarhttp://sieltiempollegatarde.blogspot.com.es/2013/08/premios-liebster-2.html
Muchos besos
Que fuerte! El capítulo me ha parecido algo así como asdfgñlkjh *___* Es que me he quedado como en shock cuando he leído que Liam es James y he pensado "Noooo, pero no me dejes así mujeeeer". Y claro, ahora estoy muy impaciente por descubrir todo el misterio y me estoy formando un mogollón de teorías en mi cabeza -.-'
ResponderEliminarEl capítulo tan perfecto como siempre y ya por último te añado que amo a todos los personajes, me parecen muy...De este mundo, supongo ;D
¡Un beso! <33
Muchas gracias :)) Estoy encantada de que pienses así... Supongo que es lo que intento.
EliminarUn besito :)
Wow, que casualidad que te encanten tanto los acantilados como para escribir una novela y encima que tenga una entrada en mi blog especialmente dedicada a ellos. Con esta novela me será más fácil engancharme, te seguiré también aqui, me ha hecho muchísima ilusión tu comentario, volveré por aqui con la siguiente entrada. Muchísimos besos.
ResponderEliminar